Instituto Polit�cnico Nacional
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"La Técnica al Servicio de la Patria"

¿Por qué se forman los grupos en las organizaciones educativas?

Boletín No. 47
1o. de marzo de 2015




¿POR QUÉ SE FORMAN LOS GRUPOS EN LAS ORGANIZACIONES EDUCATIVAS?

 

Por Carlos Alberto Ruiz
Maestro en Comunicación Organizacional y Licenciado en Ciencias de la Comunicación.
Docente de tiempo completo en el Unidad Profesional Interdisciplinaria
en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del IPN.
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Los grupos en las organizaciones

Toda organización forma su base principalmente en la participación de individuos y sus relaciones sociales, que bajo una estructura jerárquica logra objetivos. Tras esto, resulta inevitable identificar en este orden cierto establecimiento de grupos integrados al interior de una organización. Tal condición se observa en los distintos grupos que en sí misma integra una institución educativa: docentes, estudiantes, directivos y empleados.

Tales agrupaciones suelen ser resultado o estar basadas principalmente en las características específicas de la tarea a realizar por un número de individuos, o bien son consecuencia de ubicaciones u afiliaciones de carácter personal o social que de manera espontánea surgen entre los integrantes de la organización.

Dentro de este marco, se define al grupo como una colección de personas que interactúan entre sí de tal forma que el comportamiento o el desempeño de un miembro es influido por el comportamiento o el desempeño de los demás miembros (Gibson et al., 2003). Por supuesto, todos los grupos que interactúen al interior de una organización forman su estructura básica tanto en los ámbitos formales como en los informales. De tal modo, que el trabajo y desarrollo de los grupos constituyen un elemento de primer orden para el funcionamiento de la organización.

Los diferentes grupos que alberga una organización en su interior se determinan por su pluralidad, la variedad y complejidad de las actividades que realizan, los objetivos que deben alcanzar y las funciones que tiene por cumplir. Buena parte de la influencia que la organización ejerce sobre sus miembros se produce a través de los grupos (Hackman citado en Gil y García 1998, p.17). En este sentido, los grupos funcionan como sistemas sociales dentro de otro sistema que es la organización.

¿Por qué se forman los grupos dentro de la organización?

La creación de grupos dentro de la organización responde a distintos factores, ya que bien su formación puede ser resultado de circunstancias y afinidades de carácter personal, o por otro lado, pueden ser consecuencia de condiciones enfocadas a cubrir metas comunes para sus integrantes. Al respecto, autores como Gibson (2003) y Gámez (2007), coinciden al presentar una serie razones que se relacionan con la formación de grupos al interior de una organización, reconociendo que tal se relaciona con la satisfacción de necesidades, proximidad y atracción, metas o economía.

Acordando con este enfoque, cada una de las llamadas razones por las que se construyen grupos, en primer término, se identifica que la formación puede ser para satisfacer necesidades, ya que esto puede representar un estímulo que fomenta la construcción de grupos. Particularmente las necesidades de seguridad, sociales y de estima pueden quedar cubiertas en alguna medida para los individuos que pertenenen a un grupo. En este sentido, los miembros de un grupo pueden cederse seguridad y sentir que pueden afrontar de mejor manera las condiciones administrativas y al sistema de la organización en su conjunto. De otra manera, los grupos también cubren cierta necesidad social, esto como una consecuencia lógica de la condición del individuo en su necesidad de interacción, identificación y pertenencia (Verderber, 1999).

Así, dentro de los distintos grupos que pueden existir al interior de una organización, habrá unos que serán percibidos con un alto grado de reputación, y por tal, sus integrantes gozarán de cierto nivel de reconocimiento entre los otros miembros de la organización; un grupo de esta naturaleza puede cubrir a sus integrantes ciertas necesidades de estima a través de su participación (Gibson, et al., 2003).

Del mismo modo, la proximidad y atracción se adoptan también como una de las razones que pueden favorecer la formación de grupos, dado que en el caso de la proximidad, la distancia física que existan entre los miembros de una organización que cubren sus actividades, abrirá en proporción de su cercanía oportunidades de relacionarse, y esto, podrá devenir en la formación de un grupo. En otro sentido, la atracción que exista entre las personas, ya sea por la semejanza de sus pensamientos, gustos, actitudes, percepción e incluso anhelos personales, pueden ser condiciones que asistan  la integración de un grupo (Fonseca, 2000; Verderber, 1999).

De igual manera, las metas constituyen una circunstancia que puede resultar en un grupo, ya que si éstas son entendidas claramente, pueden ser el detonador de identificación que acerque a nuevos integrantes. Esta característica se relaciona en cierta medida con el motivo económico de formación de grupos, ya que en este panorama, los individuos creen que formando grupos podrán obtener mayores beneficios de índole monetario (Gibson et al., 2003).

Bajo este contexto, la inserción de tales factores y su relación con la base de la organización, es decir, sus individuos, se refleja un panorama imperante en cualquier tipo de organización, tornandola en un organismo donde coexisten distintos grupos. En el marco específico de las organizaciones de índole educativo, observamos que tanto profesores, así como directivos, empleados y/o estudiantes, pueden hallar en sus pares o bien en otros, la posibilidad de satisfacer esas inquietudes particulares de las que se hablaba, o bien, distinguir afinidades que devengan en grupos amistosos. Por supuesto, también existe la condición y papel que cada uno de ellos ocupa dentro de la institución, mismo que puede integrarlos dentro de un grupo en específico, sin embargo, cualquiera que sea la circunstancia cada grupo responderá a una filiación y rasgos que lo caracterizan.

Referencias

  1. Fonseca, S., (2000). Comunicación oral. Fundamentos y práctica estratégica. México: Prentice Hall.
  2. Gámez, R., (2007) Comunicación y cultura organizacional en empresas chinas y japonesas. Edición electrónica gratuita.
  3. Gibson, J., Ivancevich, J., Donnelly, J., y Konopaske, R. (2003). Organizaciones. Comportamiento, estructura, procesos. México: McGraw Hill.
  4. Gil, F., y García, M., (1998). Grupos en las organizaciones. Madrid: Pirámide
  5. Verderber, R., (1999). ¡Comunícate! México: International Thomson Editores.