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El Elefante Africano

Boletín No 38
1 de Julio 2013

 

 

*EL ELEFANTE AFRICANO EN CRISIS, REPORTAN AGENCIAS INTERNACIONALES*

 

 
*Periodista científico del IPN. Lic. José Luis Carrillo Aguado
Encargado de Redacción Revista Conversus-IPN
CeDiCyT Tezozómoc Av. Zempoaltecas Esq. Manuel Salazar
Col Ex-Hacienda El Rosario Deleg. Azcapotzalco. C.P. 02420*

 

 

Si se toman en cuenta sólo las cifras del Programa de Monitoreo de la Matanza Ilegal de Elefantes (MIKE por sus siglas en inglés), un estimado de 17 mil elefantes africanos fueron matados en 2011, por lo que la cifra para todo el continente puede llegar hasta los 25 mil ejemplares. 
*JOHN E. SCANLON
Secretario General de CITES*

 

La caza del elefante africano así como el comercio de marfil (obtenido a partir de sus colmillos), ha sufrido un incremento, que se ha hecho evidente particularmente a partir del 2007. El comercio ilegal del marfil se ha duplicado desde ese año y se ha triplicado desde 1998. Un balance que toma en cuenta estos datos y otros informes, deja en claro que los elefantes africanos enfrentan la crisis de conservación más severa desde 1989, cuando un bando comercial sobre marfil y otros productos derivados del elefante tuvo lugar y causó efecto (las poblaciones de elefantes de Botswana, Namibia, Sudáfrica y Zimbabwe se recuperaron lentamente).

Las estimaciones de la población sugieren un alarmante declive en los números de elefantes en regiones de África Central y Occidental, así como un incremento en el riesgo de extinción local de algunas poblaciones. Algunas poblaciones antes seguras en África Oriental y del Sud África están sufriendo también un aumento en el riesgo, debido que una ola de caza ilegal parece expandirse hacia el sur y este del continente. Se estima que la población continental de elefantes es de entre unos 420 mil a 630 mil ejemplares, en sólo tres naciones: Botswania, Tanzania y Zimbabwe. Sin embargo, estos números podrían cambiar rápidamente si la tendencia actual a la baja continúa. En 2011, los niveles de la caza ilegal estuvieron en su pico más alto desde que el Programa de Monitoreo de la Matanza Ilegal de Elefantes (MIKE) empezó a ejercer su actividad, en 2001, y hay indicios de que las cosas no mejoraron en 2012.

De manera similar, la captura de grandes embarques de marfil tuvieron su punto más elevado en 2011, indicando que el comercio ilegal de este producto (obtenido de los colmillos del paquidermo) entre África y Asia es una actividad productiva, lucrativa y bien organizada.

La caza ilegal se está expandiendo gracias, en primer lugar, a un incremento en la demanda de marfil ilegal en Asia, particularmente en China y Tailandia, quienes poseen los dos mayores mercados de este producto en el mundo. Los altos niveles de caza ilegal se facilitan por los conflictos que, gracias a una falta de gobernanza y una abundancia de armas pequeñas, proveen las condiciones óptimas para la matanza ilegal de elefantes. Las redes de criminales que operan al lado del comercio ilegal actúan impunemente para trasladar grandes embarques de marfil fuera del continente y hacia mercados ubicados en Asia. La prevalencia de mercados de marfil no regulados en poblados africanos, en combinación con el gran número de compradores asiáticos potenciales residentes en África y asociados proyectos de infraestructura y operaciones de extracción de recursos, también nutren a la demanda de marfil. Esta situación es exacerbada aún más en muchas naciones debido a la debilidad de los gobiernos y a la colusión corrupta en muchos niveles. La pobreza facilita la habilidad del crimen organizado para reclutar, extorsionar o amenazar a personal militar y a policías locales mal pagados, así como para contratar sicarios.

Los cazadores ilegales están cada vez mejor equipados, conducen operaciones más sofisticadas y están mejor apoyados por mercaderes ilegales y redes criminales. Se utiliza una amplia variedad de métodos de contrabando por tierra, ríos y mar. En forma usual, la gran mayoría del marfil confiscado es embarcado (en contenedores) por buques oceánicos provenientes de puertos del África Oriental, aunque en fechas recientes, algunas capturas han tenido lugar en puertos de África Oriental y Sud África, tal vez como una medida de adaptación a los esfuerzos de la ley dirigidos en los puertos del Océano Índico. Hay un trabajo de inteligencia incipiente y sugerente de que algunos buques pesqueros movilizados entre Asia y África pueden estar involucrados en el contrabando de marfil, y estas embarcaciones rara vez son inspeccionadas.

 

Recomendaciones

Un comité reunido en Ginebra, Suiza, en julio de 2012, elaboró una serie de recomendaciones para asegurar la protección del elefante africano. También el Secretariado de la Conferencia de las Partes de la Convención en Comercio Internacional en Especies de Fauna y Flora en Peligro de Extinción (CITES), aportó algunas ideas. Aquí se presenta un breve resumen:

1) Apoyar y estimular el rastreo y las operaciones de inteligencia anti-caza ilegal, mediante el desarrollo, entrenamiento y educación de unidades tácticas en todas las áreas protegidas.

2) Facilitar decretos apropiados que permitan a los cuidadores de áreas naturales protegidas perseguir a los cazadores ilegales y conducir patrullas fuera de los límites de los parques, así como desarrollar acuerdos internacionales que faciliten la cooperación transfronteriza para perseguir, arrestar y extraditar a cazadores y mercaderes ilegales.

3) Fortalecer operaciones anti-contrabando. Estimular y mejorar el análisis del marfil para localizar su procedencia.

4) Estimular la colaboración nacional e internacional para luchar contra el crimen que pone en peligro la vida salvaje mediante el apoyo de programas con el objetivo de aplicar la ley a toda la cadena de comercio del marfil.

5) Denunciar a los gobiernos débiles y la corrupción en todos los niveles, incluyendo los clientes, los departamentos de conservación de la vida salvaje, los policías y los militares.

6) Reducir la demanda de marfil ilegal mediante la puesta en marcha de campañas sobre el impacto devastador del comercio ilegal de marfil, dirigidas a compradores potenciales en Asia.

 

Conclusión

El reporte del que se tomó esta información concluye que la demanda actual de marfil excede lo que puede ser abastecido sustentablemente, y debe ser reducida para mitigar el riesgo de extinción del elefante africano. La reducción de la demanda debe cumplirse mediante campañas de concientización bien dirigidas hacia los mercados de usuarios finales.

*El reporte de donde se tomó la información para este artículo fue producido gracias a una colaboración entre el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP en inglés), la Convención en Comercio Internacional en Especies de Fauna y Flora en Peligro de Extinción (CITES), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el Sistema de Información sobre el Comercio del Elefante (ETIS), y el Programa de Monitoreo de la Matanza Ilegal de Elefantes (MIKE).